
La Leyenda
del
Reencuentro
Dicen los huéspedes que, mientras navegaban por internet, apareció un nombre apenas visible:
Roberta’s Chalett.
No lo estaban buscando, pero algo —una imagen inusual, un nombre que sonaba familiar, una fotografía, un enlace sin importancia— detuvo su atención.
Había algo que no sabían explicar, pero que los condujo sin saber porque a hospedarse en Roberta´s Chalett.
Era como si algo en su interior les dijera que vivirían momentos mágicos y recuerdos imborrables
Al llegar a Roberta’s Chalett, algunos cargan grandes mochilas; otros llevan sobre sí cargas que pesan mas que cualquier equipaje y que solo el corazón percibe. Aun así, Roberta’s Chalett los recibe como una madre recibiría a sus hijos después de llamarlos en repetidas ocasiones.
Por la noche, la fogata enciende algo más que llamas. Enciende recuerdos dormidos, palabras que esperaban su momento, miradas que curan más que cualquier abrazo.
Allí, entre el calor de la fogata y de los corazones, el tiempo se detiene. El bosque escucha. Y el alma, por fin, habla.
A la mañana siguiente, el aroma de tamales, de café con leche y canela, flota sobre la mesa de madera. Y entre bocados y sonrisas, la vida parece simple otra vez. Con el corazón —ligero, tibio y nuevo— agradece lo vivido bajo el brillo de la fogata.
Muchos han llegado así, sin saber por qué. Pero todos se han marchado con una certeza:
Que no fueron ellos quienes encontraron a Roberta’s Chalett…
Fué Roberta’s Chalett quien los llamó...
Roberta’s Chalett no era lo que buscaban nuestros huespedes.
Pero dicen, que fué justo lo que necesitaban.
La pregunta es :
Aún crees que estas palabras llegaron a ti por casualidad ?
La fogata y la leña están listas.
¿Y tú estarás allí?

